Uno de los principales tesoros de visita obligada es su catedral.
Tiene su origen románico como edificio de tres naves construido en 1171 concluyéndose con la erección de la torre mudéjar en 1257, de ladrillo con cerámica policromada. Su actual forma se debe a las 5 reformas por las que ha pasado a lo largo de su historia.
El templo da a tres plazas. Su entrada principal en la portada neomudéjar en la Plaza de la Catedral, añadida en el año 1909 por Pablo Monguió. El acceso, hoy cerrado, desde la Plaza de Fray Anselmo Polanco desde. Y el acceso turístico localizado en la Plaza del Venerable Francés de Aranda.
Una vez dentro descubrirás los tesoros medievales que guarda en su interior, como el Retablo del Altar Mayor de Gabriel Joli de 1532, el Retablo de la Coronación del Maestro de la Florida del siglo XV, el de la Visitación de Jerónimo Martínez del siglo XVI, y principalmente su preciosa techumbre mudéjar de madera.
La torre y la techumbre fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1986, junto con las otras tres torres mudéjares de Teruel (la del Salvador, la de San Martín y la de San Pedro).
La entrada principal es accesible gracias a la rampa que supera las escaleras, pero suele estar cerrada salvo en horario de culto, por lo que para la visita turística tendremos que adentrarnos por la puerta de la Plaza del Venerable Francés de Aranda. Aquí hay un pequeño escalón que se supera con una irregular rampa de madera.
Hay espacio suficiente en el interior para realizar el resto de la visita con facilidad, salvo el acceso a la techumbre para contemplar de cerca el artesonado, que es inaccesible.
Los baños están en el Palacio Episcopal, que está al lado en la Plaza del Venerable Francés de Aranda y que su visita se puede incluir con la de la Catedral.