Situada entre las dos iglesias más antiguas de la ciudad, la calle 31 de Agosto es una de las más importantes de San Sebastián y también la más vieja.
Durante la Guerra de la Independencia Española, durante el verano de 1813, San Sebastián fue tomado por el ejército francés. El ejército español se alió con las fuerzas anglo-portuguesas comandadas por el Duque de Wellington para lanzar un asalto a la ciudad y desalojar a las tropas napoleónicas.
El 31 de Agosto tuvo lugar el golpe final, en el que las tropas inglesas y portuguesas derrotaron a los franceses. Sin embargo, no fue a favor de Donostia, pues las mismas tropas que acababan de liberar la ciudad decidieron tomarla y destruirla.
Saquearon las casas, violaron a las mujeres y asesinaron a muchos ciudadanos inocentes para después quemar la ciudad hasta los cimientos.
Después de que la ciudad quedase arrasada, varios de los vecinos supervivientes más destacados de San Sebastián se reunieron en el barrio de Zubieta para decidir sobre el porvenir de la ciudad, y la decisión que tomaron fue reconstruirla en el mismo lugar en el que se encontraba.
La calle 31 de Agosto está repleta de obras y de espacios que nos hacen echar la mirada al pasado. Como he dicho antes, se encuentra entre las dos iglesias con más edad de toda la ciudad: La iglesia de San Vicente y la Basílica de Santa María del Coro.
El prestigioso New York Times la ha seleccionado entre las 12 mejores rutas urbanas europeas, sin especificar dentro de ellas cuál sería la primera.
Entre los numerosos bares de pintxos en esta calle desatacan: La Cepa, Gandarias, A fuego Negro y también el 'Atari Gastroteka'