El Museo Evaristo Valle, construido en 1981 como Fundación Cultural, es fruto del cariño y la generosidad de María Rodríguez del Valle -sobrina del pintor- quien desde su muerte en 1951 atesoró con admirable celo obras, objetos personales y documentos del artista que hoy integran los fondos del museo, a los que unió una dotación y su residencia con dos edificios en Somió (Gijón): uno de ellos construido expresamente para museo en 1971, el otro es un antiguo palacete de finales de siglo XIX, reformado en 1942 y adaptado posteriormente a los nuevos fines, declarado en 2017, junto con la obra artística, Bien de Interés de Cultural en la categoría de Monumento.
Ambos edificios se encuentran dentro de unos espléndidos jardines, mezcla de jardinería francesa e inglesa, que con más de 16.000 metros cuadrados conservan, después de un siglo, buena parte del trazado, elementos ornamentales y muchas de sus 120 especies diferentes de árboles y arbustos, en su mayoría autóctonos.
El museo, forma así un marco incomparable que cargado de melancolía está en perfecta sintonía tanto con la obra y la personalidad de Evaristo Valle, como con la de su fundadora. En los jardines se exponen más de una veintena de esculturas, preferentemente de artistas contemporáneos, existiendo un espacio para la contemplación y el estudio de las aves y otro dedicado al Bonsai.
Con independencia de las exposiciones temporales, actividades educativas y musicales, el museo exhibe permanentemente más de un centenar de obras de Evaristo Valle, que organizadas de forma cronológica, temática o técnica, nos permiten aproximarnos a su profundo, variado y rico legado pictórico.
Se exhibe igualmente, junto a la reconstrucción de su estudio, la sugerente colección de conchas heredada por el pintor de su padre.
La línea de autobuses que pasa por el museo es la línea 10/parada 509. El autobús está adaptado para personas con discapacidad.El conjunto arquitectónico del museo se divide en varios edificios, toda la visita al jardín y a su conjunto escultórico tiene un itinerario bien señalizado, de pavimento transitable y libre de obstáculos. También incluiríamos el Espacio Bontsai. También tienen acceso la biblioteca y la colección de conchas. El resto de los espacios expositivos no tienen adaptadas sus zonas para personas en silla de ruedas ni para discapacidad sensorial y/o cognitiva.