En Lopera encontramos uno de los mejores ejemplos de castillo construido por la Orden Militar de Calatrava en la provincia de Jaén. Declarado bien de interés cultural en 1991, esta fortaleza conserva el perímetro amurallado original, aunque a largo de los años, sirvió también de residencia e, incluso, como bodega a mediados del siglo XX.
El castillo de Lopera ha recuperado su aspecto original y se ha evitado, además, el lógico deterioro causado por el paso del tiempo en una fortaleza que es considerada por algunos investigadores como una de las joyas de la arquitectura defensiva. Es por ello que, cuando el visitante cruza la puerta principal, situada frente al actual ayuntamiento y que da acceso al recinto, la imagen que ve es muy similar a la que vería cualquier vecino allá por el siglo XIII. Es en esta fecha cuando la Orden de Calatrava transforma y realiza la nueva construcción sobre la base de una fortificación árabe que protegía a los vecinos.
Situado justo en el centro del municipio, el castillo, con planta de pentágono irregular, tiene dos recintos: uno externo formado por lienzos de muralla y protegido por cinco torres y, otro interno, en el que se alzan dos imponentes torres llamadas de San Miguel y de Santa María, respectivamente, y que están unidas entre sí por dos lienzos. La primera se utilizaba para controlar el acceso al alcázar. Como curiosidad, en esta torre todavía pueden verse los daños causados por un proyectil en la Guerra Civil española.
El Centro de Interpretación del castilllo no es accesible.