Hablar de la Iglesia Parroquial de Santa María Magdalena es referirse a la historia más genuina de Jaén, pues en ella pueden observarse sobre todo tres grandes periodos o fases de su historia; romana, árabe y cristiana.
La ciudad pasa a ser romana a finales del siglo III a. C. al ser tomada por Escipión. Fue descrita por Tito Livio como una ciudad opulenta y rica. Se levantaría alrededor del raudal de la Magdalena, que es el corazón de la ciudad antigua, coincidiendo con la localización de la parroquia. Aún se conservan algunas esculturas, estelas y mosaicos, de los cuales unos pocos se exponen en el patio de esta iglesia, y el resto en el museo provincial.
Posteriormente se asientan en ella los árabes. El origen de la iglesia se encuentra en esta etapa; se trata de una primitiva mezquita fundada en el siglo VIII por Abderramán II. Constaría aquella de 5 naves separadas por columnas de mármol negro. Junto a ella, un patio para abluciones rodeado por una galería de arcos. Tanto en el Altar mayor como en el Ambón podemos ver los restos de un mosaico de origen musulmán. Del edificio en sí se conservan las cuatro naves y el patio, arcos de herradura y cerámica.
Cuando la cristiandad conquista Jaén adapta dicha mezquita para usarla como templo cristiano. Levanta su fachada en estilo gótico isabelino y termina sus bóvedas con nervios góticos en forma de dragones (en evidente referencia a la leyenda del lagarto de la ciudad), reutilizando el antiguo alminar como torre campanario y sirviéndose de su patio de abluciones para abastecer de agua a la propia parroquia y a sus vecinos.
Accesibilidad
Posee tres puertas de acceso; la principal, que siempre está cerrada, la secundaria, a la derecha de la principal, que cuenta con escalón con algo de altura pero sorteable con ayuda, y la del patio de abluciones, cuyo descenso debe hacerse mediante una sección de escalones. La secundaria es la más accesible. Si se visita en silla de ruedas, es recomendable contactar con el teléfono 953190031 previamente a la visita para la colocación de una rampa.
Dentro del templo se puede circular con comodidad. Para acceder al patio es necesario descender un tramo de cuatro escalones para lo que se requiere ayuda.
No hay desniveles salvo por la rampa descendente tras la puerta de acceso y por el altar, que está a un nivel de mayor altura en escalón.