La plaza de la Constitución constituye un cruce de caminos, un centro neurálgico de la vida de la ciudad, donde confluyen el Jaén antiguo y la ciudad nueva. En torno a la plaza se esparcen las calles de mayor tradición comercial de la capital, concentrándose en ellas comercios de primeras marcas y establecimientos antiguos y de más tradición.
En época árabe era una zona extramuros donde se ubicaban los hornos cerámicos, ya que estos, por el humo que producían, eran molestos. En excavaciones arqueológicas se han encontrado restos de estos hornos y multitud de cerámica. La plaza actual presenta una alegórica fuente, símbolo y homenaje a esta profesión trabajada en estas tierras durante siglos. Por aquél entonces era la denominada plaza del Mercado o del Arrabal, que también así se llamó en los siglos XIII y XIV.
En el siglo XV, tiempos del Condestable Iranzo, fue un ejido con un amplio prado. En el XVI se celebraban allí las fiestas de toros, y fue a partir de entonces cuando comenzaron en ella las construcciones. Con una de estas edificaciones, la de la Delegación de Hacienda (en el año 1932), la plaza quedó cortada en dos, formándose las actuales de la Constitución y del Deán Mazas.
En esta plaza estaba la alhóndiga junto a un cuartel de caballerías, ambos derribados para construir en 1906 el desaparecido teatro Cervantes. También daba a la plaza el edificio de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, el Café Nuevo, la casa de Don Cristóbal Vilches, la Fonda Francesa, la Posada del León, el Parador Nuevo y la Fontanilla. La gran mayoría de estos edificios han desaparecido.
Hoy en día es escenario de multitud de actividades culturales; mercados medievales, actuaciones al aire libre, exhibiciones, etc.
Accesibilidad
De acceso sencillo por pasos de peatones y aceras bien señalizados y con rebaje, se trata de una plaza amplia y diáfana, de fácil circulación y con escasos obstáculos. Bolardos y horquillas se sitúan en línea con las aceras. Existe algún peldaño en la parte superior de la plaza que da entrada a la calle Bernabé Soriano, pero no dificulta el acceso. El parque en su totalidad tiene una leve pendiente. Existen bancos accesibles con reposabrazos. No hay cuartos de baño, pero sí un parking subterráneo justo debajo de la plaza que dispone de ellos. Existe un hueco amplio de varios metros en el suelo frente a la calle San Clemente, protegido por un enrejado haciendo las funciones de alcorque y demarcado por bolardos.