Preciosa iglesia del siglo XVI, iniciada por Juan de Ostiaga y supervisada por Alonso Barba, con elementos estilísticos renacentistas y barrocos, destacando en su identidad el manierismo andaluz, mezclando elementos decorativos clásicos con arquitectura francesa y detalles de impronta musulmanas.
Así, su exterior resalta por la portada de la fachada, con un sencillo arco de medio punto y una hornacina con columnas dóricas, y por la torre del campanario.
Su interior, de planta muy alargada, presenta elementos muy importantes, como un presbiterio cubierto con bóveda de cañón, un mural al fresco del pintor linarense Francisco Baños de 1961, o una obra policromada sobre San Juan Bautista (patrón de la Villa), de 1940, del escultor santistebeño Jacinto Higueras.
Pero sobresale una cruz de plata adornada con bajorelieves que representan por una cara el Viejo y por otra el Nuevo.
La entrada presenta un escalón, pero dentro tienen una rampa de madera movible. El interior tiene gran amplitud, permitiendo su visita. La plaza en la que se ubica tiene 2 plazas de aparcamiento reservadas para vehículos de personas con movilidad reducida.