Hotel situado a las afueras del pueblo,justo al lado del Hotel Maria Luisa, es de aspecto rustico y con una entrada preciosa,todo muy al estilo antiguo,al entrar en invierno el primer olor que recibes es a chimenea encendida,con multitud de muebles antiguos y de rinconcitos para sentarte a disfrutar de un buen cafe,un buen libro o de una tarde de charla.
Tiene parking privado,pero sin plazas reservadas para personas con movilidad reducida,ademas desde el parking hasta la puerta del hotel es sumamente dificultosa ya que es terreno esta formado por arena,gravilla y diferentes desniveles.
En la planta baja/principal nos encontramos la recepcion que no tiene mostrador adaptado para personas en sillas de ruedas. La cafeteria/restaurante es accesible pero tampoco tiene mostrador con rebaje para la silla de ruedas.Podemos encontrar una gran variedad de productos tipicos de Rute,el transito por las zonas comunes es bastante bueno. En el restaurante podemos celebrar gran variedad de eventos al constar de una gran variedad de salones con particiones para varios grupos de personas,uno de los comedores alberga el mirador al pueblo de Rute... realmente una gozada. El problema es que los aseos no son accesibles para personas con movilidad reducida,puertas estrechas,espacios reducidos,con lo cual tendriamos que subir a la primera planta q si los tiene,
El hotel tiene habitaciones reservadas para personas con discapacidad y los baños son accesibles.
El mayor problema si queremos pernoctar en el hotel es el ascensor que cuando yo fui no funcionaba y no pude ver el tamaño de la cabina,asi que si os decidis por este hotel,poneros en contacto con ellos para aseguraros de que funciona y su tamaño.
En el exterior podemos disfrutar de gran cantidad de terrazas,todas ellas enlazadas por rampas con desniveles elevados, entre un 10% y un 18%. Tambien tiene piscina,pero sin accesibilidad alguna,no tiene grua.