Isabel la Católica ordena la construcción de la Catedral de Granada en 1505, poco después de la Toma de la ciudad, y elige para su ubicación el lugar donde se encontraba la Mezquita Mayor de Granada.
Carlos V, siempre respetuoso con la memoria de sus augustos abuelos, quería que los planos se realizaran tal como había sido el deseo de los Reyes Católicos.
La Catedral de Granada o Catedral de la Encarnación muestra impresionantes fachadas y un magnifico interior con un grandioso retablo. Desde su nave central se puede contemplar la grandiosidad de su Capilla Mayor, verdadera joya del Renacimiento español.
Vista de la catedral de granada Las naves laterales se cierran en numerosas capillas de diferentes épocas y estilos llenas de excepcionales obras de arte. Entre las que más sobresalen tenemos el retablo de la Virgen de la Antigua, primera patrona de Granada.
La primera piedra de la Catedral se colocó en 1523, el día de la Encarnación. Su primer arquitecto fue Enrique Egas, maestro de la vieja escuela del gótico florido. Su labor, que duró cinco años, quedó circunscrita a la cimentación.
Fue sustituído por Diego de Siloé, otro artista español formado en Italia, cuya primera determinación fue la de cambiar el estilo gótico de la Catedral por el renacentista.
Y aquí reside la gran habilidad de Siloé: levantar una catedral renacentista sobre un trazado y una cimentación gótica.
La Catedral de Granada quedó incompleta en su fachada. De las dos torres proyectadas, sólo se levantó una y su altura tuvo que ser rebajada casi 30 metros, puesto que la cimentación para un edificio gótico no resistió la pesada mole de su torre.
A la muerte de Diego de Siloé, su discípulo Juan de Maeda continuó las obras, que no finalizaron hasta 1704 de la mano de varios maestros más, muchos años después de su muerte.
En el círculo que la encabeza encontramos representado el misterio de la Encarnación, al que está consagrada la Catedral de Granada.
Este genial artista nos dejó también importantes pinturas y esculturas en el interior.
Además, destacan la Puerta del Perdón (obra cumbre de Siloé), la Portada de San Jerónimo y la de la Capilla Real. Son trabajos tan sublimes que se consideran por sí solas obras claves del Renacimiento español.
Accesibilidad:
Dispone de audioguías
La entrada accesible es por la puerta secundaria, se accede por una rampa de pendiente elevada.