En la parte más alta de Tarragona, sobre el lugar donde anteriormente estubo el antiguo templo del emperador Augusto, una catedral visigótica y una mezquita árabe, se encuentra esta catedral de estilo gótico temprano. Aunque se comenzó a construir en el siglo XII en estilo románico, fue en 1331 cuando se consagró siguiendo el estilo gótico, quedando inacabada a causa de la Peste Negra. Queda plasmada la evolución arquitectónica y estilística en las capillas de sus naves laterales.
Estando dedicada a Santa Tecla, es considerada la primera catedral de Cataluña, siendo su fachada una de las imágenes más emblemáticas de la ciudad gracias la gran portalada y rosetón.
En su interior se pueden encontrar numerosos tesoros. Así, entrando por el claustro se puede encontrar el retablo de Santa Tecla y el Museo Diocesano, donde destacan las colecciones de arte religioso de época medieval y moderna de Tarragona y su diócesis (retablos, esculturas de piedra o talladas en madera, orfebrería, forja, cerámica, etc.). Y no puede faltar su acogedor patio interior, con su jardín y fuentes con peces y tortugas.
En 1905 fue declarada Monumento Nacional.
La entrada es accesible, y está en una plaza peatonal. Por la parte de atrás pueden circular coches, con algunas zonas reservadas para vehículo de personas con movilidad reducida. El patio interior presenta escalones pero se puede ver por fuera, y algunas naves también. Pero la gran mayoría es accesible.