La Catedral de Notre Dame está ubicada en el lugar donde estaba la Basílica de San Esteban, que a su vez se construyó sobre un antiguo templo romano dedicado a Júpiter. Notre Dame es una de las catedrales más antiguas de Europa y todo un ejemplo del estilo gótico francés. Recibe a lo largo del año alrededor de 13 millones de visitas, superando incluso a la famosísima Torre Eiffel.
Su construcción, por orden del obispo Maurice de Sully, empezó en el año 1163, concluyéndose en el año 1365 tras dos siglos de duro trabajo.
La catedral de Notre Dame tiene una longitud de 130 metros, una anchura de 40 metros y una altura máxima de 69 metros. Contiene 5 naves y 37 capillas y estancias bien iluminadas gracias a sus 3 rosetones (cada uno de 13.5 metros de diámetro) y a las 113 vidrieras que se reparten por toda la fachada.
A lo largo de la historia, esta imponente catedral de 8 siglos de antigüedad ha sufrido deterioros y requerido de reformas, mejoras y ampliaciones. Aparte de las significativas reformas decorativas, Notre Dame ha sido testigo de acontecimientos de gran relevancia, como la coronación de Napoleón Bonaparte, el Rey Enrique VI o la beatificación de Juana de Arco.
La visita a esta antigua catedral deleita a todos los visitantes con la espectacular decoración, tanto la interior como la de su fachada, donde destaca su inmenso rosetón. Otro elemento llamativo de este templo son las gárgolas que vigilan y protegen la ciudad desde las alturas.
Subir a lo más alto de la catedral es posible mediante los 387 escalones que permiten el ascenso a los 69 metros de altura que alcanzan cada una de sus dos torres. Una vez arriba las vistas son espectaculares y no estaría de más tener a mano una buena cámara fotográfica para captar las espléndidas panorámicas del entorno.