Entre los municipios de Cambrils y Montbrió del Camp, a 5 kilómetros de la costa, se encuentra este parque de belleza exótica que Salvador Samà Torrens, marqués de Marianao, encargó a Josep Fontseré Mestres (también autor del parque de la Ciudadela de Barcelona).
El jardín mantiene el carácter romántico de los últimos años de la época colonial, como muestran sus 14 hectáreas con hermosos jardines, fuentes, riachuelos, y las diferentes especies de animales que viven en este parque (pavos reales, loros, cotorras, patos, y ciervos, entre otras) a los que se les puede dar de comer un producto que te venden en la entrada.
Como valor arquitectónico tenemos la mansión, el lago-estanque y varios miradores (varios con mala accesibilidad porque presentan escalones), a lo largo de las tres islas enlazadas por puentes.
Se puede circular por el recorrido principal, pero algunas vías secundarias presentan algún obstáculo (como alguna cueva o el trazo que pasa por debajo de la catarata). La zona de los loros tiene dos puertas que no son automáticas.
Se puede dejar el coche en el aparcamiento de la entrada (está a las afueras, por lo que hay que coger el coche u otro vehículo). Los baños son adaptados. El suelo de arenisca es uniforme en la gran mayoría del parque. Las mansiones y casas no se pueden visitar, sólo ver por fuera.