El Museo de Bellas Artes de Sevilla fue instituido en septiembre de 1835 e inaugurado oficialmente en 1841. Actualmente es considerada una de las pinacotecas más importantes de España. Se ubica en la plaza del Museo, que está presidida por una escultura dedicada a Bartolomé Esteban Murillo. Es un museo fundamental para conocer tanto la pintura barroca sevillana, especialmente de Zurbarán, Murillo y Valdés Leal, como la pintura andaluza del siglo XIX.
La fachada principal se presenta frente a la plaza del Museo, su portada, es la primitiva del convento, que estaba colocada en el extremo contrario del edificio, entre la calles Cepeda y Bailén, y fue diseñada por Miguel de Quintana en 1729. Presenta arco de medio punto con un par de columnas paredas a cada lado, que descansan sobre pedestales. Sobre la misma se abre una gran hornacina en cuyo interior se encuentran las figuras de la Virgen de la Merced, San Pedro Nolasco y el rey Jaime I de Aragón.
El edificio se estructura alrededor de tres patios comunicados por una gran escalera y la iglesia, situada en uno de los extremos del convento. El vestíbulo se encuentra decorado con azulejería procedente de diversos conventos sevillanos.
La distribución actual del museo, que consta de 14 salas, es la siguiente:
Planta Baja
Sala I: Arte medieval español.
Sala II: Arte del Renacimiento.
Sala III: Francisco Pacheco y su escuela, los retablos.
Sala IV: Pequeñas obras maestras.
Sala V: Antigua iglesia del convento. El Barroco sevillano.
Planta Alta
Las Cigarreras, pintado por Gonzalo Bilbao en 1915 (Museo de Bellas Artes de Sevilla).
Sala VI: El Barroco sevillano.
Sala VII: Selección de pintura de Murillo y sus discípulos.
Sala VIII: Pintura de Juan de Valdés Leal.
Sala IX: Pintura Barroca europea.
Sala X: dedicada a la pintura de Francisco de Zurbarán.
Sala XI: Pintura española y sevillana siglo XVIII.
Sala XII: Pintura sevillana del siglo XIX, el tránsito del Romanticismo al Realismo.
Sala XIII: Romanticismo.
Sala XIV: Pintura sevillana de la primera mitad del Siglo XX.