Visita obligada, al entrar en Lugo, es su Muralla Romana, Patrimonio de la Humanidad. Tiene una planta cuadrada irregular más de 2 kms de perímetro, que rodea el centro, la antigua Lucus Augusti. La pizarra y en menor medida la sillería en granito, son los principales materiales utilizados en su construcción. Su altura, entre los 10 y 15 metros, está considerada como el recinto fortificado más importante y mejor conservado del mundo romano.
Fue levantada entre los años 265- 310 d.c., para una función defensiva. Sus puertas inicialmente eran 4: San Pedro, Nueva, Santiago y Miñá, pero se han ido añadiendo más hasta llegar a las actuales 10 puertas, que unen el casco antiguo con el ensanche de la ciudad: de ellas, cinco se cree que son romanas.
La Muralla estaba coronada por 85 grandes torres semicirculares que medían entre 10 y 13 metros de diámetro, y estaban elevadas sobre el adarve con grandes ventanas en cada una. De éstas actualmente sólo existen 72 cubos a nivel del adarve. Pasaron los siglos y su función militar caducó, las torres fueron cayendo (menos el resto de A Mosqueira), se abrieron puertas nuevas y la población se extendió por fuera, pero el perímetro se conserva intacto, con los 72 cubos que configuran la inconfundible fisionomía de esta fortaleza.
El adarve, con 4 metros anchura, es un paseo tradicional, considerado una calle más de Lugo, al que actualmente se accede por escaleras o dos rampas alternativas adosadas al paramento interior. De día es el mejor mirador para contemplar la belleza del casco histórico; de noche, gracias a una discreta iluminación, se convierte en un romántico paseo.
Accesibilidad:
En las inmediaciones de las rampas no hay plazas de aparcamiento reservadas para personas con movilidad reducida.
Hay dos accesos: el primero, enfrente a la Catedral (Puerta de Santiago). Para los usuarios de silla de ruedas es aconsejable acceder por esta rampa con ayuda, teniendo en cuenta la pendiente considerable y el suelo adoquinado. En el segundo, se ha instalado rampa a la altura de Puerta Miña, que presenta unas mejores condiciones: tiene 4 tramos con una pendiente más reducida que la otra rampa, aunque en este caso también es aconsejable acceder con ayuda.
La rampa dispone de pasamanos. El suelo es de granito y en el último tramo de pizarra, homogéneo y antideslizante.
El adarve se desarrolla sin obstáculos que dificulten el paso. Éste se puede recorrer en su totalidad, el pavimento es de gravilla y tierra, bastante regular.