La Torre de Hércules es el monumento más representativo de A Coruña, siendo el faro romano más antiguo en funcionamiento del mundo.
Hay varias leyendas relacionadas con la Torre. La más conocidas cuenta que es el lugar donde Hércules enterró la cabeza del gigante Gerión, rey de Brigantium, después de vencerle en combate y, sobre ella, mandó construir una torre conmemorando su victoria. Se dice que la primera persona en habitar esas tierras ya libres fue una mujer llamada Cruna, cuyo nombre bautizaría la nueva ciudad.
Desde 1448 en el escudo de A Coruña aparecen representadas la Torre de Hércules y la calavera del tirano Gerión. El faro fue levantado con toda probabilidad en la segunda mitad del siglo I o en los primeros años del siglo II d. C. por el Imperio romano, en el finis terrae del mundo conocido, para acompañar a los barcos que bordeaban el extremo más occidental del Imperio. El edificio, por su situación estratégica, ha guiado desde siempre las embarcaciones que navegaban en sus proximidades. Es un punto de referencia para navegantes y visita obligada para viajeros.
La visión actual del exterior de la Torre no permite ver ningún resto romano, ya que éstos se hallan en su interior.
Desde su base y tras subir casi 250 escalones, se llega al mirador desde donde se contempla una espectacular vista de A Coruña y de las rías de Betanzos, Ares y Ferrol.
Aunque la Torre no dispone de un itinerario accesible alternativo a la escalera para subir al mirador, merece la pena acercarse a sus inmediaciones, pudiéndose admirar un panorama muy sugestivo.
En sus alrededores se encuentra el Parque Escultórico de la Torre de Hércules, un interesante conjunto de esculturas.
Accesibilidad:
La visita de la Torre para personas con movilidad reducida, está limitada a la parte baja, convertida en espacio museístico que contiene restos romanos de la construcción.
Para llegar a la Torre, el camino presenta alguna dificultad. Desde la zona de estacionamiento se sube una cuesta con pendiente considerable, sobre todo en el último tramo, considerando además la longitud total, superior a 200 metros.
El suelo, en el último tramo del itinerario que conduce a la Torre, es de losas de piedra, bastante irregular. Recomendable recorrerlo acompañados.
El acceso a la Torre se realiza por una rampa con pendiente elevada y sin pasamanos. La puerta de entrada es automática.
En el interior, es posible recorrer la parte baja de la Torre mediante una pasarela con una pendiente moderada, con pasamanos a ambos lados.
El aseo público adaptado se encuentra en el Centro de Interpretación.