Santa Catalina de Alejandría, santa cristiana del siglo IV, es la mártir que da nombre al castillo de la ciudad. Su fiesta se celebra el 25 de noviembre. Su relación con la ciudad no es meramente advocacional, pues es la Santa Protectora de la ciudad y copatrona junto a la Virgen de la Capilla.
Ello se debe a que, según cuentan las crónicas, estando Fernando III el Santo en las inmediaciones de la ciudad, que estaba siendo sitiada por sus tropas con el objetivo de rendirla y tomarla por fin para los dominios castellanos, una noche sucedió algo mágico.
Una vez fue a dormir, la joven mártir Santa Catalina de Alejandría se le apareció en sueños y le explicó cómo debía tomar la ciudad, entregándole al mismo tiempo unas llaves de gran tamaño. Una vez despierto, Fernando entendió que en el sueño Santa Catalina estaba mostrando su apoyo a las tropas cristianas y guiándolos en el camino. Muy poco después, el rey castellano consiguió del rey Alhamar la rendición de Jaén, declarándose este último como vasallo de Castilla y retirándose a Granada, de manera que Fernando, en agradecimiento a la Santa, mandó construir apoyándose en la alcazaba musulmana un castillo cristiano que debía llamarse Santa Catalina.
La ciudad de Jaén celebra tradicionalmente la festividad de esta Santa, festejando un día de convivencia en el que los vecinos ascienden al cerro de Santa Catalina a disfrutar y degustar sardinas asadas y a participar en el cortejo de la romería de la imagen de la mencionada Santa.
Accesibilidad
La fiesta de Santa Catalina suele celebrarse en el cerro de Santa Catalina o en el propio castillo, donde se colocan barras de mostrador, parrillas, mesas y sillas portables o se utilizan los merenderos ya existentes para disfrutar de un día y una fiesta de campo. Esta superficie, lógicamente, presenta un suelo irregular, pedregoso y con desniveles, aunque es practicable para personas de movilidad reducida en la mayoría de zonas.