Existe en el Cerro de Santa Catalina, en el transcurso del ascenso hacia el castillo del mismo nombre y unos metros más arriba del lugar conocido como Caño Quebrado, una zona de recreo adaptada para compartir experiencias al aire libre, disfrutando del bosque mediterráneo. En esa zona, atravesada por la carretera de ascenso, se encuentran dispuestas un número de plazas de aparcamiento, y en el lado contrario, una serie de merenderos delimitados por vallas de madera, compuestos por una serie de mesas, asientos, parrillas y fuentes de caño descendente, todas ellas elaboradas en piedra y fijas al suelo.
Allí, se puede disfrutar del aire limpio alejado del estrés urbano haciendo deporte, senderismo, paseando, o simplemente celebrando un día de campo con conocidos y amigos, degustando viandas a la parrilla y tomando el sol.
Si se quiere, además, se puede visitar este lugar el día 25 de Noviembre, festividad de Santa Catalina, en la que los vecinos de la ciudad ascienden al cerro para celebrar las fiestas a su patrona degustando las tradicionales sardinas o participando en la romería.
Accesibilidad
Una de las plazas de aparcamiento situadas allí se encuentra reservada para discapacitados. Para acceder a los merenderos, será necesario cruzar la carretera y acceder mediante unas plataformas de hormigón a modo de puente que sortean las canalizaciones dispuestas allí para el recogimiento de agua.
Atravesadas éstas, el suelo se vuelve pedregoso e irregular, comprensible si se tiene en cuenta que corresponde con una zona de recreo en un entorno natural. Las mesas tienen forma rectangular, y disponen de bancos macizos también rectangulares a cada lado. Sin embargo, existe un número de mesas que carecen de uno de los bancos laterales para facilitar el uso por parte de una persona en silla de ruedas, de manera que éstas son accesibles.
Además de la fuente de piedra de caño descendente, existe otra más moderna de dos alturas para facilitar su uso para personas con movilidad reducida.