Las fiestas de la Virgen de la Capilla se celebran para conmemorar el Descenso de la Virgen a la ciudad, que supuestamente apareció “para socorrer a nuestros mayores”, hecho registrado documentalmente en la noche del 10 al 11 de junio de 1430.
Este acontecimiento ha marcado la vida y el sentir de Jaén desde antiguo, pero es en nuestro siglo cuando estas fiestas han alcanzado una gran brillantez y popularidad.
En un principio eran unas fiestas populares y una verbena, en combinación con algunos actos religiosos. Luego, con el tiempo, estas fiestas se desarrollaron y tuvieron una mayor repercusión, hasta convertirse en la que hoy día se conoce como “La Feria Chica” de Jaén.
De entre las actividades que se realizan, desatacan la ofrenda floral ante la reja de la Virgen de la Capilla, a las puertas de la Iglesia Parroquial de San Ildefonso, con hombres y mujeres vestidos a la manera de Jaén. También destaca la romería por las calles de San Ildefonso y los barrios del centro de la ciudad. Paralelamente, el Ayuntamiento, además de abrir el recinto ferial con numerosas atracciones y zonas de recreo, promueve y organiza diversos actos culturales, deportivos y recreativos, que tienen como marco principal el barrio de San Ildefonso, pero que transcienden a la vida de toda la ciudad cambiando por unos días su habitual fisonomía.
Accesibilidad
La feria de la Virgen de la Capilla puede disfrutarse en cualquier punto del centro de la ciudad, aunque presenta especial relevancia el barrio de San Ildefonso, donde las calles son lo suficientemente amplias (aunque con multitud de callejones que las unen entre sí), el acerado y asfaltado es liso y no presenta excesivos problemas y donde la pendiente no es excesiva.
El recinto ferial La Vestida se encuentra al final de la Avenida de Granada, siendo una calle de suave pendiente descendente. Cuenta con aparcamiento habilitado de pago para los días de feria. El acerado de acceso a la portada de entrada está rebajado. La deambulación puede ser entorpecida por la multitud de personas que allí se congregan pero no por los puestos, atracciones y casetas, que dejan amplitud de circulación. Existen aseos repartidos a lo largo del recinto, de los que uno está adaptado.