Santiago de Compostela cuenta con numerosos parques, pero ninguno está tan integrado con la historia y sus gentes como el de la Alameda. Desde XIX, fue el más importante punto de referencia de los paseos y del ocio de los compostelanos. Aunque el parque recibe el nombre genérico de Alameda, se compone de tres partes bien diferenciadas:el paseo de la Alameda, la carballeira de Santa Susana y el paseo de la Herradura.
En la entrada a la Alameda, unas curiosas estatuas de mujeres aldeanas sorprenden al visitante que no deja de fotografiarse con ellas.
La Herradura se llama así por su forma y sirve de enlace entre los dos extremos de La Alameda. La Herradura, el más externo, contiguo al talud que da al campus universitario. La Herradura es uno de los paseos más bonitos y populares entre los habitantes de la ciudad, el mirador urbano más conocido y admirado. Desde allí, se puede disfrutar de una hermosa panorámica de la Catedral, que sobresale majestuosa entre los edificios históricos y del cercano campus universitario. Este mirador es un lugar de visita imprescindible y muy romantico.
Domina el entorno la iglesia de Santa Susana, obra que hizo construir el arzobispo Xelmirez y que fue reconstruida en el siglo XVIII, aunque conserva su portada románica.
El parque destaca por la variedad de sus especies arbóreas y ornamentales, como el conjunto de robles, los espléndidos eucaliptos o la pérgola con vistas que componen los castaños en el paseo de la Herradura, sus edificaciones, fuentes y estanques y la abundancia de sus estatuas y esculturas. Su ubicación privilegiada, bordeando una parte de la ciudad histórica, y con una magnífica perspectiva sobre la fachada más monumental de Santiago, lo convierten en un paseo obligado para el visitante.
Accesibilidad:
El parque es accesible en casi su totalidad, exceptuando algunos lugares como la Iglesia de Santa Susana – a la que se accede por una grande escalera o alternativamente subiendo una cuesta con pendiente muy pronunciada y longitud considerable – o la Capilla do Pilar, también inaccesible por la presencia de escaleras.
El acceso al parque, enrasado con la calzada, está en la entrada en frente de la Porta Faxeira, en la Avenida de Figueroa.
Durante todo el recorrido el firme cambia, pasando de un pavimento homogéneo de losas de piedra a un suelo de tierra y gravilla, menos homogéneo pero aún así practicable.
Todos los caminos son anchos, con pendiente variable pero suave.
El parque dispone de áreas de descanso con bancos que permiten la aproximación lateral de usuarios de silla de ruedas.
Dispone además de aseos públicos adaptado