La Plaza de la Inmaculada está enmarcada entre el monasterio de San Martiño Pinario y la fachada norte de la Catedral, denominada de la Azabachería, debido a la tradicional presencia de talleres del gremio de los joyeros, que tallaban el azabache. Allí desemboca el último tramo urbano de los Caminos Francés, Inglés y del Norte, que entra al casco histórico por la llamada Puerta del Camino.
Esta fachada fue antiguamente la puerta principal de la Catedral, por la que entraban los peregrinos y donde se desprendían de sus ropas.
Desde esta plaza se pueden ver las características barrocas y neoclásicas que presenta la fachada norte, reformada por entero en el siglo XVIII, reemplazando su inicial estilo románico.
Una obra monumental.
En frente de la fachada de Azabachería, al otro extremo de la plaza, se encuentra el Monasterio de San Martin Pinario, el segundo más grande de España, superado sólo por El Escorial.
Fundado en el siglo X para albergar a un grupo de monjes con la tarea de vigilar el culto a las reliquias del Apóstol, el edificio actual muestra una fachada barroca, terminada en 1738.
En la parte superior se puede ver la estatua de San Martín de Tours compartiendo su capa con un pobre.
La escalinata del XVIII, sin itinerario alternativo accesible, no permite el acceso a su interior para personas con movilidad reducida, así como la iglesia renascentista de San Martiño Pinario que forma parte del conjunto, inaccesible en su interior pero cuya belleza puede contemplarse desde el exterior, en la plaza que lleva el mismo nombre.
Accesibilidad:
Se puede acceder a la plaza por la Rúa Acibechería, con una pendiente moderada, que no impide disfrutar de una maravillosa perspectiva.
El suelo, como en el resto de las calles del centro, es de losas de piedra, bastante homogéneo.