La estrecha pero populosa rúa do Franco (que, al contrario de lo que mucha gente cree, no está dedicada al dictador sino recibe ese nombre en recuerdo a los primeros peregrinos franceses, que, según parece, entraban a Compostela por ese camino), es una de las rúas inmprescindibles, junto con las rúas Nova y Vilar, para decir "he paseado por Santiago".
Va desde la Porta Faxeira hasta la Plaza del Obradoiro, pasando en su tramo final, por la Plaza de Fonseca.
Es una calle donde cada puerta, o casi, es un bar, restaurante o taberna, herederos de los taberneros medievales que se instalaron por la rúa para atender a los peregrinos procedentes del Camino Francés, que dieron ese nombre a la calle.
Características sus vitrinas colmadas de pulpos, mariscos y pimientos de Padrón, así como algunos establecimientos que sirven aún en taza blanca un ribeiro o un albariño.
Desafortunadamente carece de establecimientos con entrada accesible.
Una de las calles más conocidas y más transitadas, referencia gastronomica tanto para los compostelanos como para los turístas y visita obligada en el paseo por la ciudad de Santiago.
Accesibilidad:
Como en gran parte del casco histórico, el suelo es de losas de piedra, bastante homogéneo.
Es una calle muy transitada y, aunque bastante estrecha, permite una cómoda circulación peatonal. La pendiente no es excesiva.