La Plaza de la Quintana es una de las más grandes e importantes de Santiago, al ser una de las plazas que rodea la Catedral, cuya fachada de este lado destaca por la Porta Real, lugar de salida de todas las procesiones y la Porta Santa que abre sólo los años jubilares.
Además de la fachada de la Catedral, la Casa da Conga al Sur, la Casa da Parra al Norte y el Monasterio de San Paio de Alteares al Este delimitan este encantador espacio urbano que es la Plaza de la Quintana.
Si el Obradoiro es impresionante por su grandiosidad, la Plaza de la Quintana lo es por su verticalidad y austeridad, quizás también por el enorme monasterio que cierra uniformemente por un lado el espacio de la plaza. Está compuesta por dos planos: el de abajo llamado Quintana dos Mortos y el de arriba Quintana dos Vivos, divididos por una inmensa escalera.
En el lado sur de la plaza se encuentra la Casa da Conga, construida para vivienda de los Canónigos de la Catedral. Destacan sus enormes chimeneas y los soportales con sombreadas terrazas. Compartiendo su altura de más de setenta metros entre la Plaza de las Platerías y la Plaza de la Quintana, se alza la Torre del Reloj con la campana de la Berenguela.
Es curioso oír las campanadas de la catedral al anochecer, ya que cada vez que suenan se puede oír en la plaza un poco de eco.
En la Quintana de los Vivos, en frente de las escaleras, se encuentra la Casa da Parra, un elegante edificio civil mandado construir por el Arzobispo Rajoy en 1683, con elementos típicos de la arquitectura de pazos de la época. En la actualidad alberga importantes salas de exposiciones de la ciudad, sin embargo no es accesible.
Accesibilidad:
La plaza es muy amplia y despejada de obstaculos. El pavimento es de losas de piedra y homogéneo.
Se accede sin desniveles a la Quintana dos Mortos por la Rúa da Conga, el mismo itinerario para acceder a la Catedral por la puerta de la Fachada de las Platerías, la única entrada practicable.
Para acceder a la Quintana dos Vivos, el itinerario alternativo a la enorme escalera que separa las dos zonas de la plaza es por el Tránsito da Quintana, una callejuela que comunica con la Praza da Inmaculada.