Esta calle, que toma el nombre del político José Francisco Uría y Riego, fue proyectada con la intención de unir el centro urbano con la Estación del Norte. Con una longitud de aproximadamente un kilómetro, se extiende desde las inmediaciones de la estación hasta la conocida Plaza de la Escandalera. Transcurre por un lateral del Parque Campo de San Francisco, en un paseo arbolado, y pasa cerca de la famosa estatua de Woody Allen.
Se trata del eje comercial más importante de la ciudad; es más que una calle de paso, una de las más representativas de Oviedo y también más transitadas, cualquier día del año.
Larga y amplia calle semipeatonal, habilitada para la circulación peatonal, cuenta con aceras anchas que permiten el tránsito de muchos viandantes. Aun así, a veces es complicado pasar, sobre todo a horas puntas.
Se pueden encontrar a lo largo de esta arteria comercial de Oviedo todo tipo de tiendas y comercios: perfumerías, zapaterías, tiendas de ropa con todas las primeras marcas textiles, así como pastelerías y cafeterías u otros servicios como farmacias y bancos.
Llaman bastante la atención algunos de los edificios que hay en ella, con fachadas muy vistosas.
Gran parte de ellos son antiguas, cuidadas y hermosas construcciones, algunas con más de un siglo de vida. Destacan los edificios de Las Casas del Cuitu, la Casa Blanca, la sede de la Diputación, y el edificio del Banco Herrero, cerca de la famosa Plaza de la Escandalera.
La calle está iluminada con unas grandes farolas isabelinas, con luminarias que le dan cierta solemnidad y elegancia, reflejo del tipo de ciudad que es Oviedo, bonita y con clase.
En los laterales de las aceras se han situado unos grandes magnolios, además de unos arriates de hierro forjado, con plantas que coloran la calle.
Para los que les guste mirar escaparates, es un lugar ideal para ir de compras y pasar un buen rato, considerada la cantidad y variedad de comercios presentes a lo largo de toda la calle.
Accesibilidad:
La calle ha sido remodelada en los últimos años, ampliando y mejorando las aceras, y reduciendo el espacio para circulación de vehículos que se limitan a autobuses urbanos, taxis y residentes.
La calle es ideal para pasear: ancha y llana, tiene un pavimento homogéneo de granito, en buen estado y antideslizante, con aceras rebajadas en pasos de peatones.